
PROBLEMÁTICA SOCIAL
¿EL HOMBRE AL BORDE DEL ABISMO?
En la actualidad, se viven grandes problemáticas. Uno de los acontecimientos que más ha golpeado a la humanidad en los últimos meses es la crisis económica mundial, la cual está generando grandes conflictos entre todos los hombres y en especial los que ocupan un cargo importante, los que se encuentran ejerciendo el poder.
Muchos dicen que la Iglesia Católica no debe involucrarse en problemas de fondo político, sin embargo, es deber y más que deber, obligación de la Iglesia, orientar al hombre desde la fe y la razón en su comportamiento, guiándolo a la luz del evangelio de acuerdo a la toma de decisiones, y más aun, si de estas depende el bienestar de toda una sociedad.
Para llevar a cabo su ardua tarea, el PAPA BENEDICTO XVI, como cabeza de la Iglesia ha publicado su última encíclica, la cual ha titulado “CARITAS IN VERITATE”, “LA CARIDAD EN LA VERDAD”. Ésta con el fin de entregar al mundo, no una solución, pero sí una opción, para dar fin al notorio acontecimiento que tiene en enfrentamiento a los países del mundo entero.
En ésta, el santo padre menciona, que el problema como tal es la falta de caridad.
Según la anterior afirmación, vemos como a raíz de esta gran dificultad los gobiernos del mundo, en su afán de salir del círculo vicioso, pisotean a quien se le atraviese, haciendo de esto una competencia, convirtiendo la gran dificultad en un problema mucho mayor.
De seguro, si fueran más astutos e inteligentes tratarían de finiquitar dicho problema, a través de una alianza, con la cual al unir sus fuerzas podrían darse la mano unos con otros, sacándose entre sí del peligroso abismo al que están a punto de caer si no se sostienen de algo firme; esta es la CARIDAD de la que habla el PAPA, eso sí, sumándosele también la VERDAD, ya que sin VERDAD no hay nada, primero que todo, tienen que iniciar con un voto de confianza entre gobiernos, y dejar de pensar de manera ambiciosa de una vez por todas, de tal forma que el fin único sea lograr la estabilidad de todos sin exterminar a ninguno, eso pasará, solo si se logran ver como amigos y tratarse como hermanos, no como enemigos, dejando de un lado la desigualdad social y poniéndolo todo a disposición de quien lo necesite.
Es momento de cambiar… ¿Otro mundo es posible?
Este es un interrogante que debe cuestionar al hombre de hoy.
Sin dudad alguna la crisis económica es grave, pero no es el problema más grande, es solo una consecuencia de la falta de sentido social del hombre, que siendo corrupto y egoísta ha dejado de un lado el sentido común, y ahora solo le importa subsistir él así los otros caigan.
La época actual no solo se ve afectada por el bajón de la economía, sino también por la bajeza humana, que ha permitido tras malas finanzas que todo se desmorone, hoy solo se ve hambre y muerte.
Estamos en la época del sin sentido del amor y la importancia del placer, la vida para el hombre de hoy es simplemente un juego, en sí, lo único que le importa es pasar el momento haciendo a un lado a quien le estorbe a como dé lugar, y al precio que sea.
La Iglesia con su Doctrina Social quiere concientizar al hombre de lo importante que es vivir en comunidad, de vivir conforme Jesús que es el punto de inspiración, pero, para ello todos debemos involucrarnos en el proceso de cambio, de transformación de la sociedad, iniciando en nosotros mismos.
Frente a estas situaciones hay un interrogante en la vida del Cristiano, pues, si bien lo mencionábamos antes, en otras palabras, la Misión de la Iglesia es evangelizar, es guiar al hombre conforme a la palabra de DIOS ¿Cómo lo hará?
Ahora bien, lo primero es unificar a plenitud la RAZÓN y LA FE, ya que muchos no lo hacen, de otro modo hay que generar proyectos que llenen de verdad el corazón y el pensamiento del hombre, “NO SE PUEDE SEGUIR CATEQUIZANDO COMO LO HICIERON CON NUESTROS ABUELOS”, se tiene que pensar en aplicar proyectos acordes a la época y a los cambios que ha traído este nuevo siglo, las comunidades parroquiales tienen que ser una sola, trabajar en unión, no pueden seguir una ruta cuando hay ruedas sueltas que hacen que el horizonte al cual se dirige el proceso de trabajo pierda el rumbo.
Basta de pesar que solo los fieles tienen que patrocinar económicamente un proyecto aparte de colaborar con las obras parroquiales, es hora que como Iglesia se invierta también parte del dinero que se recibe en los nuevos métodos de enseñanza para el hombre, pues aquí de otro modo se da ejemplo de CARIDAD mostrando una VERDAD, esa verdad vivir en comunidad amándonos los unos a los otros como DIOS nos ha amado”, además que el dinero es dado por providencia divina a través de los mismos laicos que contribuyen con la obra del señor que es la edificación del reino.
¡Ya no más muertes violentas!, no mas suicidios, no mas falta de amor, es nuestro deber como Iglesia devolver la esperanza a la humanidad… y debemos iniciar dando un buen testimonio, cambiando de metodología, buscando una nueva manera de enseñar que nos configure más con CRISTO, la humanidad está al borde del abismo, y como Iglesia debemos extender la mano fuerte en nombre de JESÚS, de la cual el hombre se prendera para levantarse y recuperar el camino, con ruedas firmes, es decir bien apretadas y en su sitio, para así, andar a toda velocidad, permitiendo que el conductor (CRISTO) siga dando en su vida la luz y la fortaleza para continuar.
Es momento de afrontar los retos del mundo de hoy y del mañana, sin miedos, porque para estos hemos sido preparados y se nos seguirá preparando, porque en esta época que está llena de cambios relámpago, se necesita hombres valientes que sean capaz de mostrar un rostro positivo y se decidan a guiar en nombre del mismo DIOS a la sociedad que hasta hoy aun está perdida.
Todo esto no son más que palabras, que bonitas o no, solo se verán efectivas si ponemos nuestro grano de arena para generar un cambio significativo en la vida, en la cultura, en el tipo de época que hoy experimentamos.
¡El cambio lo haces tú, lo hago yo!
No podemos ser como zombis, ya hay demasiados muertos vivientes en la tierra, y a esos hay que devolverles la vida con un rostro a ejemplo del ROSTRO de CRISTO que es divino y humano.
El proceso apenas inicia y no lo podemos abandonar, hay que seguirlo acompañando.
Desde ya somos pastores, pero, ¿Tenemos identidad?, ¿Qué identidad tenemos?